La orientación hacia la acción como principio didáctico


AUTOR : Johannes Koch

Título del original : Handlungsorientierung als didaktisches Prinzip

Tipo de documento : Artículo en "Berufsbildung" cuaderno 4/1998

Traducido por : Elisabeth Albarracín Peters

Santiago de Chile, 23 de marzo de 1999


 

Orientación hacia la acción para los formadores de formadores

La teoría denominada "regulación de la acción" como fundamento para el concepto de orientación hacia la acción

Teoría "regulación de la acción" como fundamento para tomar decisiones didácticas

Conección de la teoría a la práctica

Selección de las tareas para la formación

Estructuración en la formación de formadores

Literatura

 


 

La orientación hacia la acción como principio didáctico

 

Orientación hacia la acción para los formadores de formadores

El 1º de noviembre de 1998 comenzó a regir la "orientación hacia la acción". Por lo tanto, todos aquellos que en el futuro deseen ofrecer cursos para formadores de los formadores, deben preguntarse que significa "orientación para la acción" y cómo van a organizar su propio curso en forma orientada hacia la acción. Esto no va a ser tan fácil, porque con la orientación hacia la acción sucede algo similar a lo que sucede con las calificaciones claves Todos hablan de ellas, pero al pretender saber a que se refieren estos conceptos, cada uno tiene su propia interpretación.

Cuando se menciona el concepto de "orientación hacia la acción" en relación a la formación de formadores, esta expresión puede referirse a dos aspectos diferentes: Por un lado describe la forma de actuar en el mismo curso, mientras que por otro lado hace referencia a los contenidos de ese curso. Se trata, por lo tanto, transmitir esos contenidos en forma orientada hacia la acción. Para el curso modelo se ha previsto trabajar con un enfoque orientado hacia la acción.

Naturalmente, resulta muy fácil de comprender que al incorporar la enseñanza orientada hacia la acción como forma de trabajo al mismo curso, a los futuros formadores se les muestra simultáneamente, en qué forma puede darse una formación orientada hacia la acción.

La orientación hacia la acción incorporada al curso mismo tiene dos consecuencias:

    • Una de las consecuencias consiste en que los contenidos de aprendizaje le sean entregados a los futuros formadores, aplicando esas mismas formas de enseñanza en forma práctica durante el curso.

    • La segunda consecuencia consiste en que los conocimientos que los que los formadores han de poseer, sean incorporados preferentemente a las tareas prácticas, para cuyo dominio pretende preparar el curso. Ya no hay asignaturas como "legislación juvenil" o "adolescencia", lo que hay son campos de acción con tareas que corresponden a las tareas típicas de los formadores en la empresa.

 

La teoría denominada "regulación de la acción" como fundamento para el concepto de orientación hacia la acción

Con estas dos consecuencias en el curso de formación de formadores, se están describiendo solamente dos características externas de la orientación hacia la acción, pero no se está explicando el concepto teórico.

A continuación se da a conocer el concepto teórico sobre el que descansa la orientación hacia la acción, y que es la teoría "regulación de la acción". Esta teoría ha sido validada en la práctica de formación empresarial en múltiples oportunidades y además ha sido utilizada como representación didáctica conductora para el concepto global de la formación de formadores.

La teoría "regulación de la acción" describe un modelo cibernético de regulación de la acción, o sea, se trata de un modelo regulador. El principio básico del modelo regulador cibernético es la comparación entre el estado o situación actual y el estado o situación ideal. El "estado ideal" es la meta de la acción, "el estado actual" es el resultado real de esa acción. De acuerdo a la teoría "regulación de la acción", en toda acción consciente y orientada hacia una meta, los valores del estado o situación ideal son descritos por una "representación operativa", tanto de la meta como del camino por medio del cual se espera lograr esa meta. Expresado en forma más comprensible: antes de que actuemos conscientemente, nos hacemos un plan mental, de como queremos actuar. Este proceso planificador se entiende como un actuar mentalmente "a prueba".

Con los dos términos claves "planificar" y "actuar" se establece la conexión con la formación profesional. La finalidad de la formación de la empresa es el logro de la competencia para la acción, entendida como la capacidad de planificar, realizar y controlar en forma autónoma.

En este contexto, discutir si al elegir esta formulación el legislador estaba bajo la influencia de la teoría de la estructuración del actuar y la respectiva demostración histórica, carecen de importancia. Lo que con seguridad sí es discutible, es la afirmación que asegura que sería tarea de la formación empresarial propender a que los aprendices desarrollen la habilidad de la elaboración de planes para la acción.

¿Cómo podría darse las instrucciones con miras al desarrollo de planes para la acción? La regulación de la acción describe primeramente en que forma la acción es regulada por planes preexistentes. Pero, la interrogante decisiva de toda enseñanza es: ¿Cómo se forman nuevos planes? En la teoría de la acción regulada, este proceso de regulación no consiste en un camino de una sola vía. El modelo de acción regulada describe un sistema de continuo aprendizaje. La imagen operativa no solamente regula la ejecución de la acción en sí, sino que al momento de producirse la percepción, en ese mismo momento la imagen se modifica. Lo que esto significa para el proceso de aprendizaje, se explica (a continuación) por medio del modelo cibernético.

La cibernética distingue entre conducción y regulación. Se utiliza preferentemente la imagen del barco con su capitán y del primer maquinista. El curso del barco, vale decir la ruta y meta de la acción es determinada por el capitán del barco. Esta es la conducción. El maquinista tiene la tarea de mantener ese curso (determinado por el capitán). Para hacerlo, va comparando el curso real del barco con el curso teórico deseado y va corrigiendo las desviaciones (rectificando permanentemente el curso). Esta es la regulación.

En la imagen operativa (conducción y regulación) confluyen. El aprendiz es capitán y maquinista simultáneamente. Si el maquinista se percata que por la vía prevista no es factible alcanzar la meta - tal vez, porque hay una isla que bloquea el camino que conduce al puerto - entonces el capitán modifica el curso.

Otra indicación relevante: el aprendizaje orientado hacia la acción no es idéntico al aprendizaje a través de la experiencia ni del aprendizaje por descubrimiento. El capitán puede aprender a modificar el curso antes que el barco encalle en la isla. Por el contrario: La acción mental previa también sirve para prever obstáculos y para impedir averías. Por ejemplo, el aprendizaje orientado hacia la acción, habría recomendado observar previamente una carta marina.

 

Teoría "regulación de la acción" como fundamento para tomar decisiones didácticas

Considerando, que aun existen discusiones en torno a la pregunta de si el aprendizaje orientado hacia la acción es un método adecuado para la formación profesional o no lo es: ¿Qué razones habría para deducir y tomar decisiones didácticas a partir de la teoría de la acción regulada? A modo de respuesta, es factible nombrar tres niveles (aspectos) de la formación profesional.

- El primer aspecto o nivel describe la estructura de las tareas, a través de las cuales se ha de aprender.

- El segundo aspecto afecta la relación entre teoría y práctica.

- Y finalmente, en el tercer nivel, se toman decisiones sobre las mismas tareas a realizar.

 

Estructuración de tareas para el aprendizaje

En el aprendizaje orientado hacia la acción, entendido en el sentido de la teoría "regulación de la acción", el aprendizaje se produce al abordar y enfrentarse con las tareas a resolver. En la formación de la empresa, éstas son tareas tomadas del respectivo ámbito laboral. Es responsabilidad del formador, desglosar las tareas de los procesos laborales, de tal modo, que el aprendizaje a través de ellas sea facilitado lo más posible. El trabajo del formador consiste precisamente en desglosar y modificar las tareas laborales de modo que pasen a ser tareas para el aprendizaje.

Al desglosar las tareas se pretende el logro de tres objetivos:

Una finalidad es reducir el grado de complejidad. Las exigencias para los trabajadores especializados se caracterizan precisamente por tener que tomar varias decisiones en forma simultánea. Para el aprendizaje, estas tareas tienen que ser desglosadas y ordenadas en una secuencia lógica.

El segundo objetivo es construir con las tareas una estructura que sirva de soporte para las decisiones que deben ser tomadas. Desglosar una tarea en ejercicios individuales de habilidad correspondería a la primera finalidad, pero no satisface el segundo objetivo. Naturalmente, es posible preparar a alguien para la tarea laboral, por ejemplo, para hacer funcionar una máquina. Es factible hacerlo por medio diferentes unidades de enseñanza en las que se le entregan primero todas las habilidades básicas. En este caso se adquieren las diferentes habilidades, pero no se aprende, para qué son necesarias esas habilidades. En la formación por unidades o cursos, la relación con la aplicación se transmite posteriormente.

Por eso la formación orientada hacia la acción pretende incorporar las diferentes habilidades desde un comienzo en la aplicación del quehacer profesional. En el ejemplo de la preparación de una máquina para ser puesta en marcha, la didáctica orientada hacia la acción buscará diferentes trabajos de reparaciones simples, a través de las cuales - y de su creciente complejidad (igual que en un curso) - se adquieran las habilidades necesarias. Este procedimiento se conoce con el nombre de ampliación sistemática de actividades nucleares.

La tercera meta del desglose de tareas se orienta con miras a actividades parciales determinantes para el rendimiento. Respalda esta meta la pregunta: ¿Qué diferencia a un trabajador de alto rendimiento de uno de menor rendimiento? En el trabajo: ¿Cuáles son los aspectos a los que hay que dedicarle mayor atención? ¿Qué es significativo (y qué no lo es)?

Las tareas orientadas hacia la acción pueden ser diseñadas y construidas especialmente para la formación, por ejemplo, en un diseño de proyecto. Sin embargo, es preferible que las diferentes tareas de aprendizaje puedan ser elaboradas en los mismos procesos de la empresa.

 

Conección de la teoría a la práctica

El segundo aspecto o nivel de las decisiones didácticas se refiere a la relación entre teoría y práctica. La formación orientada hacia la acción aspira a que no se aprendan solamente las diferentes habilidades en su contexto aplicacional, sino que también los conocimientos (se adquieran de la misma forma).

De aquí surgen dos consecuencias: Por un lado, los conocimientos transmitidos no se derivan de la sistemática del ramo (o especialidad), sino surgen de las tareas profesionales, que han de ser superadas. Para determinar los conocimientos que se han de transmitir, uno se pregunta: ¿Qué es lo que el trabajador especializado deberá pensar y decidir durante su trabajo? y ¿Cuáles son los conocimientos que requiere para eso?

La segunda consecuencia es hacer la conexión de los conocimientos a las respectivas tareas individuales de aprendizaje. Es necesario garantizar que al final los conocimientos hayan sido transmitidos en forma completa. y que las diferentes tareas de aprendizaje se construyan unas sobre otras, vale decir: que no se exijan conocimientos que no se han transmitido efectivamente.

Sin embargo, al realizar la conexión del conocimiento en forma orientada hacia la acción, se produce un problema: Una organización del saber, orientada únicamente hacia la acción, es poco eficiente. Por lo tanto, también habría que transmitir simultáneamente su conexión y ordenamiento sistemático especializado. Esto es posible. Por ejemplo, cuando la formación se ha dado de acuerdo al modelo de la acción completa con sus seis categorías: informar, planificar, decidir, ejecutar, controlar / supervisar y evaluar. Con esta metodología, los aprendices han de aprender ellos mismos los conocimientos. Mayoritariamente, esto lo hacen a través de textos de estudios, articulados sistemáticamente de acuerdo a la especialidad.

 

Selección de las tareas para la formación

El tercer aspecto o nivel de las decisiones didácticas se refiere a la selección de las tareas profesionales, o sea, la determinación de los contenidos de la formación profesional.

Al comienzo uno puede simplificarse esta decisión para la formación en la empresa. En primer lugar, porque los contenidos que deben transmitirse están señalados en la Ordenanza de Formación Profesional, y por otro lado, surgen de las exigencias empresariales.

Más difícil resultan las decisiones sobre los contenidos, considerados desde la perspectiva de los cambios de esas exigencias. ¿Cuáles son los contenidos que pueden transmitirse para lograr vencer el desafío que imponen los cambios? La teoría "regulación de la acción" no puede responder incondicionalmente estas preguntas. Una respuesta la constituye el método de enseñar a aprender a aprender. Una segunda respuesta sería incorporar a la formación aquellos métodos que la misma empresa ha aplicado para enfrentar los cambios. Por ejemplo: las diferentes formas de aprender unos de otros, por medio de métodos comunicativos del desarrollo organizacional.

 

Estructuración en la formación de formadores

Retrocedamos al curso "Formación de Formadores". Quién lee las tareas en los campos de acción desde la perspectiva de estas consideraciones sobre la orientación hacia la acción, constatará, que se ha intentado respetar algunas de las exigencias descritas aquí. Especialmente se ha tratado de estructurar la transmisión de metodologías de acuerdo al principio de la ampliación de actividades nucleares. Se comienza con las instrucciones simples en el lugar de trabajo.

Esta actividad nuclear del formador se va ampliando, pasando por varias fases intermedias, hasta llegar primero a la confección de textos guías y más adelante a la formación de grupos con tareas de aprendizajes. El objetivo es transmitirle a los formadores la capacidad de actuar con una multiplicidad de Metodologías, pero transmitiendo únicamente una estructura básica de la acción pedagógica.

 

Literatura

HECKER, Winfried. Allgemeine Arbeitspsychologie (= Psicología laboral general). Berna, Gotingia, Toronto, Seatle. 1998.

HÖPFNER, Hans Dieter. Zur Entwicklung eines Handlungsorientierten didaktischen Modells für die berufliche/betriebliche Aus- und Weiterbildung (=Para el desarrollo de un modelo didáctico para la formación y el perfeccionamiento profesional y empresarial). en: Dennbostel/Walter-Lazius (Ed.) "Didaktik moderner Berufsbildung, Berichte zur beruflichen Bildung" (=Didáctica de la formación profesional moderna; informes referidos a la formación profesional). Cuaderno 186. Berlin, Bonn. 1995.

Autor

Johannes Koch. Pedagogo titulado. Friedrichsdorfer Büro für Bildungsplanung. (=Oficina de Friedrichsdorf para la planificación educacional). Berlin